1. Estudie con amor y perseverancia hasta que llegue
el día en que pueda cosechar el fruto de tus afanes.
2. Sé siempre bueno, justo, honrado, recto, leal,
generoso... y pon en práctica la ley del amor.
3. Ten siempre a flor de labios una sonrisa alegre
que exprese tu optimismo y tu deseo de triunfar.
4. Utiliza tus dones y colócalo al servicio de
quienes te rodean. Recuerda que la juventud es la esperanza de los pueblos.
5. Da siempre lo mejor de ti y no te
conformes con la
mediocridad: en los sentimientos,
en la acción, en el pensamiento.
6. Interésate por las personas. Esto permitirá colocarte en
su lugar y no harás nada que pueda perjudicar a tu prójimo.
7. Aprovecha las enseñanzas de tus padres, de
tus maestros, de todos los que te rodean y rechaza lo que no esté de acuerdo con los principios morales.
8. No maltrates tu cuerpo. Consérvalo limpio, sano
y puro. El cuerpo es el templo maravilloso
que alberga tu alma.
9.
Ten presente
que la persona empieza a envejecer cuando deja de aprender. De ahí que se
puede ser viejo en plena juventud y joven en plena ancianidad.
10. Entusiásmate. El entusiasmo empuja a la persona
hacia el logro de lo más hermosos ideales.